miércoles, 23 de mayo de 2012

Difer ente

Hoy va a sincerarse, de nuevo algo sofocada entre un aire prestado y un abrazo colectivo del trasporte público aprisionado en la pura puerta, que mamera con la lucha del pueblo en sima, y las deudas, el almuerzo, la cartuchera, copiar las tareas con esfero no con lápiz, y me hace el favor y me guarda el pan que ese pan es el desayuno. Algo le preocupa, le atormenta desde un pasado ficticio, una fuerza que le amarra las vértebras. Ya no habla en metáfora ni anda en las nubes, hoy flota en los aires encapsulados de las bocas cerradas de la gente. No contesta mensajes, se aleja de los compromisos, en su cabeza habitan mil planes, de irse de continuar, de meter otras cosas en el portafolio de la Universidad. No sabe si graduarse ya o seguir esperando... misteriosamente ese afán, ese delirio le entró ayer por la mañana y nada que se le pasa. Se acuerda de la asotea y las confesiones que hacian con escritura automática, realmente presenta todos los síntomas: Depresión Número dos: Crea y no cree. Aveces le da por aislarse de las líneas narrativas y el orden en el que tanto inunda sus trabajos, le repele esforzarse, el amor a la línea perfecta. Es mounstroso enaltecer las escuadras, los milímetros. Fue tantas veces tantos cincos, hasta cinco cinco, hasta seis. Hoy se aleja de su escencia, juzga su sombra por irregular, abstracta, contorno. Cuando el corazón está en caos,la mente anda de nudo en nudo tomando redbull corriendo sin parar por todo lado, no detenerse nunca en nada, seguir con la idea de cambiar el mundo, de extender la vida, las nubes las personas soñadoras y los beats del poder, como un cubrelecho de la suerte lleno de áfrica y los cuartos de los 20 años, perderse vendiendo dibujos en las montañas de los escaladores. Es un personaje complejo, que no cree ni en el pasado ni en el futuro, lo que la atormenta no es la expulsión de su nombre de los terrenos de la identidad, si no la identidad misma, no quedarse en nada, de los mapas en las estrellas. Hay mucho por decir esta noche, las palabras se atascan en una arteria hinchada y enferma. Piensa en imágenes, en ilustraciones. Este tiempo tan en sima le asusta, ya este año se gradua, y en el fondo sigue siempre diferente, eso le gusta. Su último discurso a nombre de todos los que la componen, sin pena de escribir y aceptar el estado en el que se está: Sin inspiración, sin rima, sin algo raro o diferente. Se está ajeno, en otros mordiscos porque esta bajo los efectos de los recuerdos, es normal, es normal, es normal.

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