lunes, 6 de agosto de 2012
Humectante
Rie la noche y los paisajes de la mente alteran la resolución 400 pixeles por pulgada. Los dedos van hidratando los segundos que se chupa la piel crema humectante dove go fresh 400 mililitros y los pelitos del brazo se ponen felices.Hay tiempos en la esquina mirando el cielo. No sé de que billete provendrá el chocolate que me estoy comiendo, pero cuando las canciones suenan se proyecta en una pared imaginaria una serie de carnes con nombre, apellido y falda. Se cocina un conjuro de palabras altas listas para exhibirlas en las vitrinas del facebook y entonces subastar las memorias, los egos, los estados ficticios. Que como estoy? Como una crema de ahuyama tirada en la nevera, kilos de likes haciendo peso en la espalda, fotos chupadas por cables de datos negros y en punta entrar en ese mundo de pixeles y dimensiones binarias que te editan la cara y el nombre a cada rato. El espíritu se hincha de figuraciones, tan mañana voy a llamarte french pudder percudido y con moñitos rojos te sé saltando afuera de la dicha y adentro te subrayaré el corazón cuando veas vibrar y cantar a la máquina extraña que sabe reproducir tu voz y contestar mis preguntas con una tecla. Luego volver aquí y levantar el polvo que aterriza en las cosas que hace tiempo no muevo. Esta vida me quiere dormida, abierta de piernas en los trenes de la ciudad, con tu cuerpo dosificado en las pestañas. Una humanidad de significados gritando en las cosas, mirando arriba con una sonrisa en el cuerpo, relajada escuchando el mar. Ando tan tarde de ti, tan sopa fría y no pasa el bus. Encuentras almohadas que no estan haciendo nada y trepan una pirámide perfecta, un diálogo columna espuma, un encaje vertebral que te alinea las ideas y el horizonte del ombligo, cubrelecho omnipotente, voy a meterte en la funda de animalitos para que abracemos el mar juntos historia invisible, nueve y cincuenta y cuatro, cinco minutos para llegar a ese punto de mapa literario que me encontrará en otro carnaval con el cuerpo descalzo, dedos dibujando ritos en la piel y en las teclas. Like. Mañana entrándose por la cortina morada, mesa llena de loza y mocos momificados, cama destendida, armario nadando por todo el cuarto, ropa libre, medias en la mesa, manchas en el techo cuadros de colores , bombillo durmiendo, aros en off, vasos con bordes usados. Porcelana inundada de labios, palabras y gripas de una semana, crema corporal hidratada y fresca destapada, dejando filtrar este mundo y mis sonidos, mis rutinas por ese huequito diminuto, ombligo de pepinos y te verde conteniendo la alarma activa a las 7:25 am y los picos de los pájaros cantando a las cinco y treinta de la mañana. Hay tantos lapsus de tiempo, afanes que no escribo ni escribiré, son cosas que se colan en el acto creativo, un rayo de sol en los ojos, una rasquiña en un cuerpo extraño del cuerpo, una canción qué sonó por casualidad, un dolor en los dedos y un pelo haciendote cosquillas en los ojos. Hay pestañas en curva, pestañas largas y sin shampoo. Está enferma la g del teclado, es blandita y dificil de agarrar, le gusta que la intenten más de dos veces, ya parece inclinada tan llena y misteriosa, palito en la mitad sin terminar, gato, al parecer tenía un mugre en el ojo, pero ya la sople y hg g g sin problemas, sin gripa, sin mocos, sin mi.
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