miércoles, 31 de octubre de 2012
En definitiva, el Ascendente Sagitario representa al buscador, con independecia de la mayor o menor identificación que el nativo experimente con este arquetipo. Sagitario es un místico, un buscador de la verdad, un creyente en algo superior que dota de sentido a la vida. El Ascendente en este signo tiene la misión de incorporar esta energía en su conciencia, desarrollar la fe y la confianza ciega en la vida. Cuando hayan aprendido a superar y trascender la energía escorpiana, es decir, a asimilar y comprender que el amor y el odio, la vida y la muerte, la construcción y la destrucción, son realidades que deben existir porque corresponden a una sola y única realidad que la mente humana tiene tanta dificultad en asumir, y cuando aprendan a dejar de sentirse atraídas por personas con una gran cantidad de poder, que ejercen sobre ellas una profunda fascinación (o dejar de buscarlo en su propio beneficio), accederán al tesoro que promete Sagitario en el Ascendente: la comprensión intuitiva de la existencia de una ley cósmica que interrelaciona todas las cosas y que la aceptación de una situación dada no implica la destrucción de alguna anterior, sino la inclusión dentro de un sistema de experiencias cuya meta es la de expandir la conciencia. Ir más allá de lo que marca la tradición, atreverse a visitar el jardín de al lado, y luego el país vecino..., ver mundo, tanto a nivel físico como espiritual, constituye uno de los patrones básicos de sus vidas.
martes, 23 de octubre de 2012
lunes, 15 de octubre de 2012
Cuando el objeto habla induce a pensar. Y entonces corre el riesgo de ser considerado peligroso. En realidad, la vida es subversiva no cuando espanta, conmociona o sólo estigmatiza, sino cuando es pensativa (reflexiva). Lo que caracteriza a las sociedades llamadas “avanzadas”, es que hoy esas sociedades consumen imágenes y ya no creencias; son, por lo tanto, más liberales, menos fanáticas, pero también más falsas (menos auténticas), lo cual, en la conciencia común, traducimos admitiendo una impresión de aburrimiento nauseabundo, como si -universalizándose- la imagen produjese un mundo sin diferencias (indiferente) del que sólo puede nacer, aquí y allá, el grito de anarquismos, marginalismos e individualismos. Los dos caminos son éstos. Debo elegir entre sumarme al espectáculo del código civilizado de las ilusiones perfectas, o afrontar el despertar de la intratable realidad.
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"Este 'contagio afectivo', esta inducción, parte de los otros, del lenguaje, de los libros, de los amigos: ningún amor es original. (La Rochefoucauld: 'Hay gentes, que no habrían estado jamás enamoradas si no hubiesen jamás escuchado hablar del amor'
Roland Barthes
miércoles, 10 de octubre de 2012
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