Nadie dijo que la libertad no duele.

De que o que, o para que. Olvidé la hoja de la reunión el el salón de los espejos, otravez, con la vida atrazada y continuar. Llamadas perdidas que ya no me importan, alguien ladeandose, engañandome que es el, a dos reflejjos de pantallas de distancia, con camisa de ajedrez superpuesto negro y rojo, rièndose porque esta hablando por facebook con su tiempo, con el mounstro que le toca vivir. La necesidad de posponer las cucharadas, por tener algo que decir. Ayer, estando en este pero en otro lugar al tiempo, mi saco al derecho performo tus trabajos, y la línea de tiempo, y tu maleta regada en el piso, y mis medias afuera. Y espiarte velozmente en tus audífonos de crema facial, con el pelo màs largo y más encrespado, con un buso rojo y tu mano de arañita abrazando la rata blanca con una manzana bordada en el corazòn, y el chacra roll que lo perfora. Y su cola, mate como una porcelana de vitrina. Sigue concentrado invirtiendo su vida en estos Hijos de Steve Jobs, y su muerte, y su discurso en elgrado, y Mexico y el intercambio del rasta mono gigante que veia con migo semiología y su novia mona que siempre estudió menos que yo pero se sacó 4. Y el pájaro con el pelo rojo en el pico, arrestado con un pedazo de cinta mágica. Y las planchas de diseño básico con las memorias descriptivas y las figuras tridimensionales. Luego vino el tiempo caminando en puntas, saludándome como si fuera un man, en el fondo me subestima, no mentiras. Y es amigo de el, y le conocí la voz de ángel que tiene, arremedando una llamada recibida en las horas de la tarde, mientras yo andaba en una silla roja escuchando ochenta veces Jamelia y sus ritmos extasiantes que me triplicaban la vida en la estación de la 26, subiendo por la obra de costal verde que me hizo olvidar su pasado. Bailando en un apartamento en la 116 con BEck, y su cara divina. Su amiga de cigarrillos sentada a una mano de mi, ignorando el sofa que alguna vez compartimos juntas, en el balcón. Matias, se llama el pasillo de artes ahora. Cicatrices se llaman ahora Matias. Tengo un Matias en la ceja derecha. Un matias en la ernia umbilical y campamento a suesca antes de nacer. Ahora los huecos se llaman Matias, y mi vida se llama Matias en este momento por siempre cad vez que llegue de repente una cicatriz en la calle. Luego otravez el sueño, y mi corazón fundiéndose con el suyo. Dan ganas de seguir borrando,y recordando la fluidez que hace menos de dos sergios, otravez, El pelo de mar se paró y anunció que iba a trabajar todo el dia mañana. Que no dormiría y que lleva 18 años jugando a las escondidas. El plug in de hoy, guille y su cabeza de contac. Verte hoy y confesarme qye te habia dicho que no. Que estabas muy triste por el puente y mi corazón confesándome que ya no le importa. Volver al cuarto de libra de uvas por la mañana y viajar en los mapas de su piel ciclica y de pupila, con venas de ojas de los árboles en el bolsillo. Y las venasdel clima navegando por las mias, sacando las manos y la libertad por la ventana. Bañando el perrito con lluvia, rescatándolas de su final en el pavimento. Decididas en las barandas, invadiendo mi pantalón verde y el diario que encontré del 11 de abril del 2006, con su eco sumergido en los dolores de paños de agua tibia. Y los nervios gritándome en la mitad de la sangre, con unas gafas de ojos indices apuntando hacia el carnet gigante. Etiquetas de esta entrada: por ej., sálgase alicia, que o que o para que, milo 2600, conferencias, eca,onu, mexico, rastas, cuerpos de manchas grises con amarillo, eres un color piel desvanecido en la memoria, un borrador que sabe guardarse automáticamente y son las jue 19:35 con 2 100 en la bolsa de los zapatos de piel de elefante. E de enano, Ode oso, D de dedo, K de Karen, M de Miguel y la foto de su nombre en la lluvia, h de silencio, b de ir, L de olla, R de boquitoque por el interno R1 me escucha? G de Ga, sobres a identity desing proyect, J de juejulia ole mijavenga pues marik tengo algo que contarte, mi gera, mis respetos tetas vacunas de teclado, dinosaurios poseyendote los pasos y las ganas de ir a vivir con un árbol que te suba alto y te lance a la moantaña del destino, y lanzar la cédula, el facebook, el celular, los zapatos de piel de elefante, los sueños conel, los latidos fundidos, la parrilla, los clubes, la leche, las rosetas con luz y sin bombillo, los cucos debajo de la cama, seis veces los mismos cucos, dos veces los mismos zapatos dos veces. Las hormigas atestandome la mano, los sobres y los números del dolor de no moverse, con una mano respondiendo por todo. y los planos de luz una chimba, y el collarín y la máquina plana y la fileteadora de sus dientes usados, con canas en la media y su esguinse de segundo grado por una semana en tu cara y el tiempo. Otravez, con el futuro en los ojos...