martes, 3 de abril de 2012
martes 3
Parar, escuchar la misma canci}on, nesecitarla para concentrarme en el presente de que al celular se le olvida levantarme, ropa sucia y baños a medias, una de una y otra de otra, disimulada entre talcos y perfumes, pensando en hoy hace ocho días, un año. Pensando en la nube y en la luna a punto de terminarse, tanto pelo suelto hoy, tantas manos arriba, en son de que? Todos tomando cocacolas cervezas aguardientes y yo avenita, me siento incompleta, vacia algo tonta por extrañar mis versiones anteriores. Esta es una versión desteñida y afanada, somnolienta y le duelen las manos, afilando la espada en las piedras.Y ves, era esperarte todo el tiempo, pensarte y autofingir escribir un mensaje de texto en la cima de la carpa de pepsi, pensando en ti, que me gusta la marihuana, no tanto. En serio, hay un secreto que se teje en que me deje esperando una y otravez las mismas maricadas de siempre, me importa un nada, realmente no me importa, no me dan ganas de hacer nada. De llegar aqui junto a una ventana denunciada por la noche, paciencia, y la hermana de ella, y el man que le gusta a juliana, y el beso, y la silla y cogeme la mano despasito. Y siempre es asi. Nunca respondes nada a tiempo. Nunca te importa. Y escribir coo si me diera igual, acomodar mi tono de voz para que suene en serio. Creible que, te hablo sinceramente al preguntarme cosas, y la única que esta al mismo tiempo así es ella, lejos con sus papas de viaje, y gracias a ella no me siento extraña. Ningún número a la vista. Ya. Perforándome el destino melancólico de la noche, doblándolo de una manera diferente en esos beats que marcan estos comienzos de abril. Esperando sola, un tu saliéndose por el teléfono y clavándose en mi corazón que nunca marcaste, porque no eras tu, era otra la ausencia que me carcomía. Era un guerrero que andaba en las nubes, apartado de los espejos y los reflejos de los carros, guerero afilando su espada alejándose de la mentira, del parche, de amigos, de fumar y vestir como loco, de peinarme para gustarte, de oler bien y decir lo que esperas de mi. NO. Ser tu, queriendo tus respuestas y tus pregutnas, silencios y abrazos. Mirar al cielo y aconcejar el llanto del escritorio de al lado, de la hermana y otravez un unito desconcentrando el ritmo de las cosas. Por un lado los ojos desaparecidos, y el llanto e ir a encontrar el querubín crespo y suave de camiseta de rayas, el pelo de ella adicto a la crema para peinar verde que le encantaba olerme cuando se posaba en mis nudos rojos desteñidos. La silueta del verde ocaso, les encanta alejandro cogiéndome las tetas y durmiendo con el amor de mi vida, de la universidad, Laura, primer semestre amiga de la novia del de labanda y sus ilustraciones y su rabonada porque una pudo más que cinco
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