jueves, 29 de marzo de 2012

Todo es putamente dificil y hermoso.

Susurra el ritmo mentalmente. Su corazón introducido en mi oreja y en la noche del futuro que por fín estaba ahí, llena de intoxicados, guitarras y de nuevo un músico jodiendome el corazón, con los ojos llenos de recuerdos, cuarto semestre, gradas camisa roja y pesquero gris. Cerveza, hablamos de ella, de la que ahora es el amor de tu vida, con eurostile en la memoria de la clase de María Restrepo, una animación de un corazón vivo, un bus por la 26, en esa época me vestia muy azul, iba a fotografía con aleja y las hojas de contacto, Heliumen y Beijing 2012, 10, ya ni me acuerdo, de el aro en el cielo a las afueras del toque de los raperos, sintiendo como deseabas el pelo de dani en el pelo de otra, rojo, liso, oliendo a frambuesa silvestre, ojos verdes y un yo desvanecida en tus consuelos nocturnos, tu alma libre, como yo, como nosotros. Por eso no nos buscamos, ni nos escribimos. Tampoco involucramos el más mínimo esfuerzo en prolongar la magia que nos une, la dejamos a la deriva, en la boca del azar y nos lanzamos a nuestras pasiones personales, estirar, split spagat y flifla mortal, arco en la biga y danza contemporánea. Y saber que yo estaba en su primera fila de besos en la mejilla y abrazos sinceros, que el para mi era ser yo al fin, sin esfuerzos ni ultradesiciones.

Hay un patrón en los ojos de mis besos. Músicos. Siempre músicos. finales de marzo desembocados en el imsomnio, gorros de lana, papas bomba, noticias rcn, vino en la playa, fogata, maletas en el piso, tranquilidad, viajes en el taxi, acariciándole la cabeza, los pensamientos, la luna llena, los mensajes en el celular, los afiches en el cuarto, la guitarra, el café, los sacos de nuestros abuelos, las jirafas, el coctel, su cuarto vigilado por esa puerta tan gruesa y tan lisa, su cobija de cuadros, la cena siempre lista, mis colores favoritos en los cuadros de su casa, en los nudos de sus ojos claros, sus pestañas de telaraña, sus nubes llegándome al borde del corazón, tejiendo percusiones alucinantes, adentro. Un beso en la frente y el sueño de irme al arte, a las putas entregas de animación, al caminado el render y M, materiales.


Y la vida siguió, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido.



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