He rayado la noche con la paciencia prometida, y un eco de ti rebotando en los títeres del mundo, asomándote en las zanahorias ralladas que parecen pasto, en los cocombros elegidos para pensar que escribir, no me afana, no me intriga, no espero nada. No tengo miedo ya, en mirarte a los ojos desnuda, y si vuelvo y me reviso sin memoria alguna es porque me descubro en la imagen de mi fuera de mi y de todos, esas formas que me forman y me deforman, un mapa extraño de piel de pétalo, montañas de arcilla y de tiempo, pliegues reteñidos en la libertad.
La forma en que reteñia sus ojo izquierdo al incrustar el derecho en el foco de la cámara, y buscar que poner y que quitar, encuadrar la distancia de su alma a la capturación de la mia, robarme pura y presisa, con mi ser liso y la mente en blanco, libre de construcciones sociales, de prejuicios, de algo que me luciera o me combinara.
Libre de tallas, de cortes, diseños y colores para agradar a alguien, para agradarme a mi misma, no tenia que ocultar ningun defecto y disfrazarme de alguien interesante, no moldee el pelo para combinar, para verme bonita. Tampoco me pinte los ojos ni los labios para resaltar, solo estuve ahí, con migo y con mi vida hiperlexica, llena de años de esquemas y descubrimientos flexibles.
Nunca nadie me habia conocido que yo recuerde, sin decirte nada me conociste demaciado. Más que todos los amores que aún pienso y me retuercen, no hay espejos en la cartuchera del maquillaje, ni en las salas ni en el baño. Hay naturaleza pura y librada, azares transformadores y trapos azules, hay rutinas del día intervenidas por el amor, hay el antes de dormir, de comer, de nube, de escribir todo esto, de una inspiración contorsionista que dobla las direcciones del mundo, las dibuja y redibuja, pinta y recorta, crea y descubre, me inventa y me hace sentir más que viva :)
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