Escalándote. Atrapado en esa noche que se sale por la ventana, uniendo estrellas para encontrar tu rostro, sumergiendome en tu mensajero: el aire.
Ana se lanza al mar para salir
del Viejo mundo, hacia el Nuevo, para cambiar el
pasado grande por el presente grande.
No me esforzaré para esculpirte en mi memoria, no alimentaré tu imagen con esfuerzos. Tu vendrás a danzar con migo con los ojos cerrados te dibujarás y yo te sentiré, nuestra danza nos creará y cualquier existencia nuestra no tendrá registro alguno, solo valdrá aquí y ahora, en ese espacio, en ese atiempo y en ese lugar, solo existiremos ahí. Luego no estaré, pero seré en ti para siempre.
Ana es una encantadora de lo naif porque en realidad no se habla con las fuerzas del tiempo, ni de la
tierra, ni del fuego, ni del hielo… Aunque sean sus
aliadas. Es una inconsciente genuina a la que hay que
ayudar a volar, subiéndola eternamente. Queriéndola,
siempre.
Ana no es un mito, podría ser incluso lo opuesto, pero contiene el mito del caos, el mito femenino de la
creación.
Los momentos en el que me vuelvo prolongación, cuando me arrojo en el cielo, cuando me arrojo en los párpados. Cuando acaricio el aire, cuando una sinfonia me expande los pulmones, cuando unas pupilas de animal se me incrustan en el camino, cuando leo a cortazar y me siento uno de sus ecos. Soy un eco de cortazar, de isabel, de maría restrepo, de mi pájaro en papel acuarela, de arañita va a llegar, de un lapiz tres be, de un minitramp, punta de pies, chase chase, entrada de pecho, alemana árabe. De la luna y el cinturón de orión encarpado, besos encarpados, Alva noto. La manera de destejerme en la literatura, en beats, en los niños, en mis manos de querubin, en las uñas pollock, en mis puntas abiertas, mi pelo libre y deshilachado, en mis trenzas permanentes. Los nudos que me cuelgan de la cabeza, las puntas naranjas, la manera de buscarme en los reflejos de los vidrios de los carros, en las ventanas, en analizar el reflejo que me contiene, en el ritmo de las teclas, en la manera como se sumergen en mi tiempo. En controlar las sombras, proteger ciertos espacios de la luz. La tela flotando en los ventiladores.
Desenvolviendome en mi desorden.
Eres inmenso.
Eras inmenso.
Eres inmenso.
Es inmenso.
Mas alla de lo inmenso.
las vidas
de todos nosotros estás expandidas y conectadas
desde el origen del tiempo, hasta un futuro que nos
atrae, que nos reclama.
Ana llega a decir a Said, en su
cara, que después de la muerte (cuando se acaba la
biología) estamos todos, “vamos sumando. Morir llena,
no vacía”. Contenemos la memoria de todo lo que ha
sido y lo que es; existimos juntos vivos y muertos.
ayudará a Ana a entenderse mejor, a
saberse colocar ante su destino.
Me entrego sus memorias en un trago de vino y pudo desenterrarse de si, por completo, por un instante todo lo que alimentaba su incapacidad para acercarse al presente, para verme ahí con el corazón en la punta de los dedos, en los pitillos que sorbían la noche
Nadie
existe sólo, nadie vive sólo. Todos somos lo que somos porque otros fueron lo que fueron. Anglo le pide que se
mire dentro y se escuche, y Ana por fin acepta una hipnosis consciente, pero sólo quiere recordar ciertos
momentos felices de una vida pasada que le interesan para su presente.
unos pintan para salir, yo pinto para entrar.
tu y yo nos hemos conocido. Espera, y veras como esto no es una perdida de tiempo.
Querido mounstro de las cavernas, un hombre me ha cogido por fin. Ahora siento que le habria querido siempre. Pero que le habia perdido.
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