“Es muy fácil darte cuenta cuándo tu novio te va a dejar. Es como en el resto
de los acontecimientos de la vida. Nada cae del cielo de repente, de improviso,
pataplúm. Abrís el botiquín y ya no está el desodorante. Lleva su tiempo, su
vuelo, su aterrizaje, su germinación y putrefacción. Pum, pum, pum, pataplúm. No
es un golpe seco que sale quién sabe de dónde. Nada que ver. Es un pausado abrir
y cerrar de ojos, un pestañeo en cámara lenta, una película. Con un poco más de
atención y estado de alerta constante, focalizando, veríamos que esas sorpresas
también siguen la lógica de la causa y el efecto, la semillita y el arbolito, el
huevo y el tordo..”.
D* a n i U m p i
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