domingo, 1 de julio de 2012

un beso sin boca

Pájaros en la reja, y dime paloma rechazada quién nos salva de los submarinos en la gaseosa. Ojalá pudieras odiarme al revés. No he dejado de soñar. No he dejado de merecer esa área de cobija por las noches cuando hay loza sucia debajo de la cama. Hoy todo esta desdoblado, hechado a sus anchas y angostas en el piso, todo esta amontonado, todo esta haciendo el amor con todo. No me importa vivir con la cama destendida en un fin de semana con tres domingos seguidos solos. Te voy a pegar con un imán a la nevera para que le hagas compañia a la comida que dejamos anoche. Subete a la rama del árbol de al frente y espía mis mañanas, hazme un estudio psicológico y saca tus conclusiones que trauma infantil habrá probocado que hable sola, con migo, que nada me envuelva establemente porque soy una mancha fresca en la piel de las hojas que vende don diego a 1700 el tabloide. Hola que más bien? Si como si te importara. Estamos atraidos por la fuerza de gravedad, pero la distancia entre nuestra lejania es menos densa que el aire, por eso me mandas besitos antes de dormir y yo te mando milo donde quiera que estes litros de sangre imaginaria andando en la punta del continente. Hola.. Como estoy? Si como si te importara. Hoy, no se si estoy, no me siento. Me siento extranjera en este presente soleado y sucio lleno de ecos del pasado y obligaciones del futuro. Me siento pasada y desteñida, ajena y amnésica. No se quien soy ni para donde voy, soy un masmelo asado y derretido en las antenas de un tenedor de plástico. Soy unas gotas desterradas de la hora de la ducha porque la llave ya tiene sus años y ya no cierra como antes. Soy un experimento de agua sobre papel y tinta china queriendo en cada trazo abrirle a los salmos, probervios, números, detereunomio. Soy una fobia inconsciente de un motivo inconsciente en un tiempo tal vez imaginario. Soy un charco atrapado en la bota de tus pantalones. Soy una ventana escrita y sin vidrios. Soy un espejo con la luz apagada, con los ojos cerrados. Soy una tecla que no existe, una esperanza humana que te seca los ojos en las aguas de tu inconsciente. Soy la guionista de un capítulo de tus sueños, de las asociaciones que tienes durante el día sobre las cosas. Soy un arroz con pollo sin pollo, una avena sin leche, una cama sin cobijas, una peinilla sin cabeza, unos tenis sin pies, un teclado sin dedos, un beso sin boca. Algo me dice que no lo deje, que debo insistir. Que sentido tiene cantar? No me va a escuchar, dejaré la banda y al igual que August Rush deseo ser encontrada. Hoy soy un tiempo que alcanzó la fecha de vencimiento de tu rostro en la memoria. Hoy tus imperfectos los difumina el tiempo y ya el foco de la foto se disipa en el fondo de la sopa. Quiero arrancarte a cucharadas de ayá, como si estuviera desenterrando una guaca, una alverja entera que se encuadra en el centro de la cuchara y como una moneda desde el fondo del poso de los deseos le pido a ella y al universo que quisiera que estuvieras aquí con migo. Aveces despierto y esta ahí. O te oigo cuando camino por la calle.

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