"La nueva mujer será terrenal...será realista, amará esta Tierra. Como no hemos amado esta Tierra y nuestras llamadas religiones nos han estado enseñando a odiar esta Tierra, la hemos destruido. Es un bello planeta, uno de los más bellos, porque es uno de los más vivos. Este planeta tiene que ser amado, hay que regocijarse en él: es un don. Este cuerpo contiene tantos misterios que incluso un Buda es posible sólo debido a este cuerpo. Este cuerpo se convierte en el templo de la mayor posibilidad: el estado búdico, el nirvana. Hay que amar este cuerpo, hay que amar esta tierra.
La nueva mujer encontrará su religión en la naturaleza; no en las estatuas muertas, sino en los árboles vivos que bailan al viento. Encontrará su religión haciendo surf en el mar, escalando una montaña virgen. Encontrará su oración con la nieve, con la luna, con las estrellas. Dialogará con la existencia tal como es. No vivirá con ideas abstractas. Vivirá con realidades. Su compromiso será con la naturaleza, y a través de ese compromiso llegará a conocer la super-naturaleza. Dios está oculto aquí, en esta Tierra, en este mismo cuerpo: este mismo cuerpo es el buda, esta misma Tierra, el paraíso.
La nueva mujer leerá la sagrada escritura de la naturaleza. Éste será su Veda, su Corán, su Biblia. Ahí encontrará sermones en las piedras. Tratará de descifrar los misterios de la vida, no tratará de desmitificar la vida. Tratará de amar esos misterios, de penetrar en esos misterios. Será un poeta, no será un filósofo. Será un artista, no será un teólogo... Su ciencia será para comprender la naturaleza, no para conquistar la naturaleza. No violará a la naturaleza; amará a la naturaleza y la persuadirá para que le revele sus secretos".
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