martes, 5 de marzo de 2013

Duke Nukem




Cuando eramos manchas chiquitas fuimos amigos. Compañeros de misiones. Nos gustaban los mapas y jugar en el computador. Lo mejor que nos podia pasar era paintbrushs, ayudarle a un ratón a comerse el queso y el mejor de todos, Duke Nukem. Jaman no me dejaba jugar aveces. Muchas veces nos peleamos y otras me detestaba por sapa. Cuando me quedaba en su casa el me prestaba su ropa y me quedaba perfecta. Los dos teníamos destinos de expedicionarios, aveces peliábamos pero siempre terminabamos siendo buenos amigos.
Un día nos fuimos y el conoció a otras Geraldines, yo a otros Jaime Andreses.
Toda nuestra adolescencia pasó al tiempo. Lloramos y nos embriagamos a lo lejos. El cerca de la tierra ártica de los osos y yo en Saturno haciendo ula ula. Es 5 de marzo y Geraldín flota con la estatura de la distancia. Su amigo mágico respira al otro lado del continente, creo que a él le debo el hecho de creerme un muñequito, desde siempre.
La mancha que vive en su frente es una galaxia increible.
Algún día volveré a flotar en ella.


No hay comentarios:

Publicar un comentario