(o Fantasía compulsiva), término acuñado por Eli Sómer, Ph.D.,1 que se refiere a la condición en la que un individuo sueña despierto o fantasea excesivamente, a veces como respuesta psicológica a un trauma o abuso.
Algunas personas con este desorden han reportado que el fantasear se
siente como una adicción y que tiene un impacto negativo en sus vidas,
aunque no siempre. El fantasear excesivamente podría impulsar la creatividad o ser un método para escapar del trauma o abuso.1
Estas personas experimentan fantasías muy vívidas y complicadas y
podrían desarrollar emociones hacia los personajes de sus fantasías; la
mayoría de ellos mantiene en secreto esta conducta.3 Algunos exhiben síntomas similares al Síndrome de Asperger, trastorno de déficit de atención (e hiperactividad) y trastorno obsesivo compulsivo.
Algunas personas con ensoñación inadaptada padecen también ansiedad social y/o depresión. Las personas que sufren de ensoñación inadaptada creen que este desorden tiene un efecto negativo en sus vidas.
Un estudio con 90 personas (que señalaron previamente fantasear en
exceso) reveló que el 79 por ciento hacían algún movimiento repetitivo
(kinestético) mientras fantaseaban, como deambular, golpear (con pies o
manos) o agitar un objeto. Es común que la música dispare las fantasías.
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