Estaba sentada en una silla, en una postura perfecta. Un fractal de la forma se proyectaba en el cielo. Estábamos de noche, celebrando el fín y el comienzo de algo. Había mucha gente. Había un bus. Yo estaba sentada esperando el espectáculo. Saliste del epicentro del equinoccio y una gran boca geométrica nos comía desde el cielo. Me desdoble en mi misma y había entrado en la frecuencia del todo. Te sentia correr tranquila desde la banca, nunca nos esperamos. Aparecemos exactos, siempre.
Piel boreal, increible.
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